18 septiembre 2007

Las discográficas no dan la felicidad

En la famosa movida madrileña no era todo tan alternativo como puede parecer desde nuestros días. Conseguir que tu banda despuntara no era coser y cantar. Tocar en algún garito, llenarlo, impresionar... no era nada fácil como puede parecer en documentales y películas que emulan aquellos años. Vivir al margen de las compañías discográficas no era fácil, de hecho, ellas manejaban el mundo musical prácticamente como ahora (eso sí, haciendo mucho más dinero). Corrían tiempos de creatividad, de exaltación de la cultura urbana, de provocación... y puede parecer desde lejos que 'pasar' de las sendas comerciales podía ser incluso más auténtico y moderno sin estar reñido con la falta de éxito; puede parecer desde nuestros días que, dando la voz de alarma, todo el mundo acudía al local de actuación y el éxito era rotundo. Pero en la movida los fracasos también existían.

La calidad en el sonido, en los arreglos, en las letras o en la voz parecía tener poca importancia en unos años en los que lo importante era romper con lo establecido. No era ese el caso de Los Cardíacos, un grupo que puede llegar a considerarse como uno de los mejores de nuestro país en los años ochenta, pero que por las injusticias (en la idealizada movida también las había) del mercado musical no llegó a despuntar más allá de los límites de su provincia. Madrid, Barcelona y, con menor importancia, Valencia eran las capitales de la eclosión cultural del momento y, desgraciadamente, no estar afincado en alguna de estas ciudades hacía que tu proyecto musical pasara a un segundo plano. El error de Enrique Giménez, Toño Segura, Juan Carlos Suárez y Macario Pérez (Los Cardíacos) fue no salir de su ciudad, León, e intentar desde allí lograr un éxito que no se conseguía sólo haciendo musica de calidad. Las discográficas no llegaron a interesarese por ellos hasta después de autoproducirse su primer álbum, irónicamente titulado Las discográficas no dan la felicidad. Con la compañía Fonogram llegaron los singles Salid de noche y Noches de toisón. Como no podía ser de otra manera, DRO comercializó sus siguientes discos, que pasaron con más pena que gloria en la escena musical nacional...

Aún así, Los Cardíacos nos dejan un buen puñado de discos por descubrir con grandes canciones por encontrar. Entre ellas, se encuentra Pánico en el Hospital, editada casualmente en el mismo año en que otro 'Pánico' (el del Edén, de Tino Casal) se convertía en la sintonía de la Vuelta Ciclista a España 1984. Una canción que rebosa buen gusto, con ironías en su letra (al más puro estilo movida) pero con cierta frescura y buen rollo; es lo que yo denomino "una canción que te hace sentir bien". Con descubrimientos como éste es necesario reflexionar acerca de lo que conocemos y lo que no, de cuántos grupos surgieron en aquellos trepidantes años y cuántos nos dejaron escuchar, de si lo que tuvo éxito fue realmente lo mejor o si, como en este caso, los buenos no salieron a flote... Y es que nunca es tarde para dejarse sorprender por una buena banda.

(Audio de Pánico en el Hospital)

http://www.stickam.com/editMediaComment.do?method=load&mId=176530626

1 comentario:

Jenny dijo...

La magia de los 80 hace que gente de todas las edades se "sienta bien" cuando los locales pinchan canciones de ese momento. Es como un respiro. No recordaba este tema, pero me ha gustado escucharlo. ¡Saludos!