19 junio 2008

El virus de la 'alemanitis'

Con el Passat como modelo a seguir, el síndrome del conocido estilo alemán predomina en el diseño de las últimas berlinas que han aterrizado en el mercado.

Los fabricantes alemanes Audi, BMW y Mercedes-Benz han sido, históricamente, los que han dominado el sector automovilístico no tanto en ventas como en calidad percibida, empaque, belleza y diseño. Muchos aún nos preguntamos porqué existe una abismal diferencia de precio entre estas tres compañías de alto standing y las generalistas. Hay quien habla de perfección en el acabado de los interiores, de la carrocería galvanizada, del ruido que el coche hace conforme pasa el tiempo... Argumentos todos ellos que bien podrían aceptarse hace unos años, pero que con la llegada de las últimas generaciones de las berlinas medias generalistas han quedado en entredicho.

Volkswagen ya empezó a acortar distancias en calidad -y también en precio- con el trío de ases hace ya unos años. Podríamos decir que es la más premium entre las marcas generalistas, ya que compite con ellas. En el segmento C, por ejemplo, el Golf es toda una referencia, no sucede tanto con el Polo, que se ha quedado un tanto rezagado respecto a la competencia, pero sí desde luego con el Passat, que es, literalmente, el ejemplo a seguir. Sin embargo, he de confesar que discrepo sustancialmente en que la actual generación de la berlina germana sea el summum del diseño. Para empezar, la carrocería se ha alargado más de la cuenta en el voladizo trasero, lo que unido a una línea de cintura ascendente de delante a atrás, hace que el coche se vea exageradamente largo y alto en la parte trasera dependiendo del punto de vista. Además, la zaga no hace justicia a un frontal mucho más logrado, con un diseño inclinado nada elegante y una especie de saliente en la tapa del maletero -que también está adoptando Audi, creo que erroneamente- que lo termina de rematar. Por su parte, el interior no aporta nada nuevo en diseño ni calidad, sino simplemente, un salpicadero Volkswagen de sobra conocido.

Los fabricantes no han tardado mucho en inspirarse en el Passat para las nuevas generaciones de sus berlinas medias, a costa incluso de perder la propia personalidad de las mismas. El caso de Ford con su Mondeo es uno de los más llamativos, ya que en su anterior generación ya empezaban a emparentarlo con el Passat, y en la recién llegada se ha terminado de confirmar la influencia que el alemán tiene sobre los diseñadores de Ford. Rasgos aparte, el nuevo Mondeo tiene unos volúmenes y un tamaño -exageradamente mayor al de anteriores generaciones- muy semejantes al Volkswagen. En cambio, la calidad percibida se ha quedado muy por debajo, ya que el diseño no convence tanto y los interiores son verdaderamente decepcionantes. El Mondeo es, en definitiva, la versión espartana del Volkswagen Passat.

El Mazda 6 es un Mondeo a la japonesa, ya que utiliza su misma plataforma, pero con unos rasgos más orientalizados y un diseño más logrado. El resultado es lejano a la berlina de Ford -y a la alemanitis que éste sufre- y más cercano a la originalidad, sin olvidar la deportividad que caracteriza a la marca. Contemplándolo al natural, sus ópticas afiladas albergadas en sus voluminosos pasos de rueda delanteros quizá parecen llevadas al extremo de lo dinámico, llegando a rozar lo antiestético, pero es elogiable el trabajo de Mazda para lograr un coche que transmite tanto movimiento sobre la base de un auténtico conservador, como es el Mondeo.

Y ya puestos en territorio nipón, Honda también ha remozado -o más bien, rebozado- su Accord, porque la actual berlina casi se confunde con la anterior. A pesar de que el último Accord ha sido el que más éxito ha tenido en su diseño, los directivos de Honda han debido quedarse sin presupuesto para la nueva generación. O eso, o que, viendo que el diseño ha gustado, han preferido no cambiarlo. Con unos pasos de rueda más musculosos y unos faros de nueva factura Honda pretende revalidar su coche estrella, aunque lo incierto es si los posibles compradores notarán los cambios o simplemente verán un modelo que, aunque bonito, está ya muy visto.

Por su parte, Opel ha visto en los últimos años como su Vectra terminaba quedando siempre por detrás de la competencia en diseño, calidad y, lo que más les duele, en ventas. Por ello, para la renovación han decidido cambiar hasta el nombre -ahora es Insignia- aunque lo demás no cambie lo suficiente como para hablar de una nueva era en la marca. Celosa siempre de los éxitos de sus compatriotas alemanes premium, Opel ha intentado alcanzarlos usando su mismo método: el conservadurismo. El Insignia es un Vectra que ha ido al gimnasio para muscularse un poco, aunque quizás es eso lo que deberían haber hecho en la actual generación y dejar ésta para algo más arriesgado, ya que lo único que ha cambiado significativamente es la forma de la parrilla frontal que, por cierto, se asemeja ¿cómo no? a la de los modelos Volkswagen (Passat incluido).

Por último vamos a echar un vistazo a Francia, cuyas compañías automovilísticas se han caracterizado siempre por la innovación estética, aunque no hayan sido siempre acertadas. Citroën, históricamente ejemplar en este apartado, es actualmente el ejemplo más descarado de resignación ante el virus alemán llevado hasta tal extremo que resulta vergonzoso escuchar el eslogan de su nuevo C5, "Carácter alemán, espíritu francés". La nueva generación de este modelo resulta lamentable para una marca que nunca ha necesitado tener que parecerse a nadie para vender sus coches, y su C5 ya trae de casa un estilo burgués, una carrocería sedan y una trasera Passat (con desafortunada inclinación de maletero incluída). Al menos el interior se distingue por un salpicadero asimétrico, el volante cuenta con pilar central fijo (marca de la casa), el frontal es Citroën y la luna trasera mantiene el detalle del C6 en su unión semicircular con el maletero, aunque no sabemos cuanto tiempo tardarán estos elementos en alemanizarse...

En los últimos días hemos conocido que Peugeot va a mantener su 407 unos años más con un restyling que, creemos, debería ser más profundo para tener éxito. En cualquier caso, la berlina de la marca del león hizo una excelente operación al sustituir un 406 de estilo serio y cuadrado por un modelo que supuso una revolución estilística en el momento de su lanzamiento y que sigue manteniendo el tipo con una excelente relación calidad-precio. El restyling no es el deseado, pero esperamos que en poco tiempo Peugeot nos sorprenda con un modelo arriesgado e innovador, como ya casi no hay.

No nos podemos olvidar de Renault y de su excelente Laguna que, personalmente, pienso que es el modelo más acertado de los recién aterrizados en el segmento, con un perfecto equilibrio entre evolución y continuidad. El coche sigue siendo un Laguna, y eso se nota nada más verlo, pero es totalmente nuevo y arriesgado, con una delantera espectacular, un lateral continuista (aunque no por ello menos arriesgado -el anterior modelo era rompedor-) y una trasera absolutamente diferente a lo que hay en el mercado, con unos pilotos tipo led en la parte superior que lo hacen muy deportivo -más aún si se trata de la versión GT, que incorpora el sistema Active Drive de dirección a las cuatro ruedas (eso sí que es innovar)-. Es la perfecta unión entre un coche que se reconoce nada más verlo como la consecución de toda una saga de Lagunas y que evoluciona para ofrecer lo último en diseño y tecnología.

En definitiva, el panorama de las berlinas en Europa es desolador. Con tres marcas conservadoras y continuistas en sus diseños hasta el aburrimiento que van marcando las directrices estéticas en el resto, quedando la innovación y el riesgo relegado a unos pocos que aún no han sido contagiados por el virus de la alemanitis. Y lo peor de todo es que ya está llegando a la población... Sálvese quien pueda.

13 abril 2008

Mónica Naranjo, la pantera convertida en tarántula

Tras siete años de silencio, la pantera de Figueras renace no sólo con un nuevo sonido, sino con una renovada concepción de la estética de su música

El comienzo del siglo no ha sido nada favorecedor para las divas, que han visto cómo empezaban a pertenecer a un público incierto. Después del éxito arrollador de Palabra de Mujer (1997) y de un aplaudido Minage (2000) Mónica Naranjo no levantaba cabeza. El estilo visceral y desgarrador que la había subido a lo más alto empezaba a deteriorarse y dejó definitivamente de funcionar en Chicas Malas (2001), un álbum que pretendía ser continuista con respecto a los anteriores pero que carecía de un bombazo como Desátame o Sobreviviré, temas clave del éxito de sus anteriores discos. Para colmo, el lanzamiento de la versión internacional del disco, Bad girls (2002), coincidió con una reestructuración de su compañía que hizo que el salto internacional fuese prácticamente una anécdota con algunas copias en Grecia, Rumanía o Turquía como prueba.

Paradojamente, esta última etapa decadente atrajo a otro público, entre el que me incluyo, que demandaba menos histeria y más sofisticación en su música, pero a la vez perdía a los Naranjeros más acérrimos. Para recuperar ese sector recurrió a todo lo que estuvo en su mano, llegando a hacer su cambio de look más radical en la actuación de la gala de los Premios TP de Oro de 2002 apareciendo con una cabellera rubia casi rapada y presentando su single Sacrificio. De aquellos años nos queda la elegancia de sus largos vestidos, la pose dominante y triunfadora en sus actuaciones y sus magníficas interpretaciones en las que parecía sufrir cada acorde que salía de su voz.

Pero el presente y, sobretodo, el futuro, parecen ser menos forzados. Si el recopilatorio Colección Privada (2005) cerraba una época, Tarántula va a abrir otra. La presentación el pasado martes en la gala de Operación Triunfo de su nuevo sencillo, Europa, habla por sí misma. En los tiempos que corren, en los que actuar en televisión es ponerse unos vaqueros, una camisa y plantarse delante de un micro, se agradece una puesta en escena elaborada. Y es que con Mónica no podía ser de otra manera: se subió a una plataforma elevadora absolutamente escondida en un kimono para interpretar en la penumbra el comienzo de su nueva canción. Europa empieza abajo, con un inicio lírico que va ascendiendo a diferentes escalones (más de los que asciende cualquier canción pop) en los que se van añadiendo todo tipo de sonidos (clásicos, tecno, rock...) para desembocar en un potente estribillo que significa la unión de todas esas corrientes musicales. En la actuación del pasado sábado, Mónica hizo gala de su fantástica teatralidad, pero esta vez alijerada con un modelo innovador que escondía tras el elegante kimono. Ataviada cual heroína medieval, la Naranjo se soltó el pelo y luchó con todas sus fuerzas en las batallas que a lo largo de la Historia han acontecido en Europa.

Europa no es una canción que entra a la primera, quizá tampoco a la segunda, pero es un fantástico tema, aunque con sus casi seis minutos de duración en la versión normal puede que no esté hecho para una sociedad de consumo rápido donde, si un estribillo tarda más de la cuenta en llegar, ya no interesa. En cualquier caso, el álbum, que estará a la venta el próximo martes 22 de abril, promete ser una auténtica renovación de su estilo y un soplo de aire fresco a un aburrido y monótono panorama musical.

07 marzo 2008

Dusty Springfield, una chica PSB

Hace tan sólo unos días se cumplía el obituario de una cantante injustamente olvidada con el paso de los años: Dusty Springfield

Es increíble cómo la casualidad nos lleva a descubrir a personajes que, de un modo u otro, ya conocíamos pero no con nombre y apellidos. A lo largo de nuestro eterno conocimiento y aprendizaje en música (y a la vez en cultura, desde luego) siempre quedan incógnitas por resolver que se van acumulando en nuestro subconsciente hasta que un buen día aparece delante de nosotros la solución. Una de las que me acompañaban desde hace algún tiempo era la de la voz femenina que acompaña a los Pet Shop Boys en el tema What have I done to deserve this? y hace unos días descubrí por la red una canción llamada In private de una mujer que, al igual que Liza Minelli, fue producida por el dúo tecno-pop. A partir de ahí se resolvieron todas las dudas: se trataba de Dusty Springfield.

Inspirada por el jazz y el blues, cuya pasión le había transmitido su padre, Dusty Springfield comenzaba en la música a finales de los años 50 con la formación del grupo The Springfields con el que ya despuntó tanto en Gran Bretaña como en EE.UU. En solitario comenzó acercándose a los sonidos de los grupos femeninos de soul de la Motown firmando canciones I only want to be with you o la inolvidable The look of love, que formó parte de la banda sonora de la película Casino Royale (1967) y que después ha sido versionada por Kenny G, entre otros. Más tarde derivó hacia el rock con la canción Son of a preacher man como mayor reconocimiento, ya que la han interpretado después figuras de la talla de Aretha Franklin, Tina Turner o Joss Stone.



(Dusty Springfield - I only want to be with you)

El declive llegó con la eclosión del rock psicodélico y la cultura hippie, ya que las masas preferían estos nuevos estilos y sus discos comenzaban a pasar desapercibidos. Esto le llevó a una crisis personal que derivaría en una adicción a la cocaína que no podría superar hasta mediados de los años 80, cuando los Pet Shop Boys la devolvieron a la gloria. Neil Tennant y Chris Lowe se habían consagrado en el panorama tecno-pop con canciones como West end girls, Love comes quickly o Suburbia y para el lanzamiento de su segundo disco, Actually, no dudaron en hacer realidad uno de sus sueños: contar con la colaboración de su admirada Dusty Springfield.



(Pet Shop Boys & Dusty Springfield - What have I done to deserve this?)


What have I done to deserve this? es una de las mejores canciones de Pet Shop Boys y probablemente no lo sería si no es por el estilo que Dusty Springfield imprme en ella. En el tema Dusty refuerza las estrofas, donde Neil Tennant canta con la neutral voz que le caracteriza, y acapara prácticamente todo el protagonismo de los estribillos, donde muestra una voz llena de energía e ilusión, rebosante de ganas de volver al panorama musical. Y así lo fue, en 1990 los británicos producían el disco que relanzaría la carrera musical de Dusty Springfield y que le haría vivir una segunda juventud: Reputation.

Reputation es el aliento de vida que Dusty necesitaba, era la vuelta a un lugar que nunca debió abandonar: la gloria. Temas como Nothing has been proved o el divertido In private nos devolvían una Dusty convertida en diva, ataviada con grandes hombreras, lentejuelas y con una voz semirronca incluso mejorada con el paso de los años. Los buenos tiempos volvieron. Reputation fue el disco más vendido de Springfield desde su etapa de los años 60, había vuelto al gran público por todo lo alto y estaba dispuesta a quedarse, pero el destino se interpuso en su camino y en 1995, durante la grabación de su sigueinte disco A very fine love, se le detectó un cáncer de mama que finalmente acabó con su vida el 2 de marzo de 1999. Aunque fuese la segunda, Dusty Springfield murió en plena juventud.

(Dusty Springfield - Nothing has been proved)



(Dusty Springfield - In private)

26 enero 2008

Casal, ambiguo hasta la muerte

La biografía realizada por el periodista madrileño Gerardo Quintana responde a muchos de los interrogantes en torno a Tino Casal y pone de manifiesto las diferentes posiciones que sus amigos mantienen respecto a sus ambigüedades. Como él siempre quiso.

Elaborar una biografía oficial de una persona en vida es algo absolutamente objetivo y más aún si el protagonista ha mantenido horas y horas de conversación con el biógrafo. El resultado es una obra literaria con garantía de veracidad avalada por el propio personaje ¿por quién mejor? Los datos, las anécdotas, las historias, los periodos personales y profesionales son relatados por quien los vivió en primera persona, añadiendo no sólo lo que todos veían, sino además, lo que al protagonista se le pasaba por la cabeza en ese momento. En una biografía de alguien ya fallecido nunca podremos encontrar esos matices, lo que hace que el autor tenga el triple de trabajo para elaborar una obra interesante con información inédita. Si además el protagonista es Tino Casal, el proyecto pasa a ser un ejercicio de reconstrucción arqueológica.

Lo particular de una biografía que se hace a un artista desaparecido es que se hace a partir de lo que opinan los que le rodearon en vida. En el caso de Tino Casal. Más allá del embrujo su autor, Gerardo Quintana, ha logrado recopilar a base de tiempo y esfuerzo el testimonio de más de 100 personas relacionadas con el cantante por su amistad personal, coetaneidad o simplemente admiración. De este modo el libro traslada al lector a una gran tertulia de 'alto glamour' en la que participan personajes de la talla de Alaska, Javier Gurruchaga o Miguel Ángel Arenas 'Capi' y donde tampoco faltan amigos personales del artista como Antonio Villa-Toro o José Carlos Ruiz Silva, o músicos que le acompañaron como Javier Losada, Luis Carlos Esteban, Julián Ruiz o Luis Cobos.

Ambiguo hasta después de muerto, Casal dejó algunos interrogantes abiertos en vida que provocan puntos de discusión entre sus allegados. El hecho de que el protagonista no viva para contar la 'verdad' sobre ciertos asuntos puede tener una parte negativa y otra positiva: la primera es que nunca sabremos en realidad lo que le pasaba a Tino por la cabeza en determinados momentos; la positiva es que siempre podremos tomar la opinión que más nos satisfaga de las aportadas por los que le conocieron; de este modo idealizamos inevitablemente la figura del artista adecuándola a lo que nosotros queremos creer que era.

En lo que todos están de acuerdo es en que Tino Casal era un artista con mayúsculas, un maestro entre aprendices. Gerardo Quintana, que ha actuado de mediador entre este gran cúmulo de declaraciones, no deja lugar para la duda en este aspecto, aportando en las narraciones de su libro los datos más objetivos y las conclusiones más esclarecedoras de la vida de Casal, dejando las posiciones encontradas en boca de sus autores.

En la vida de Tino no es fácil hacer una diferenciación entre lo personal y lo profesional porque para él las dos cosas iban de la mano: era un artista las 24 horas del día. Es por ello que el autor ha organizado la obra en varias etapas de la vida (y, paralelamente, de la obra) de Tino: desde su niñez en Tudela-Veguín y su primer grupo en los 60 (los Zafiros Negros) hasta su trágica muerte, pasando por los Archiduques, sus diferentes LP's en solitario o su larga enfermedad; todo impregnado de salamandras, que le dan la imprescindible personalidad 'casalera' a la obra. Además, el libro se complementa con un interesantísimo material fotográfico y dos narraciones especiales: el prólogo del conocido productor y amigo de Tino, Julián Ruiz, y un sobrecogedor epílogo del tristemente desparecido Joaquín Luqui.

En definitiva, Tino Casal. Más allá del embrujo es la obra que resume de la mejor manera posible la vida y obra de Tino, donde mejor queda reflejado el porqué de su extravagancia, de su originalidad, de su estilo musical, de sus decorados, de sus amistades... el porqué de Tino Casal.

Tino Casal. Más allá del embrujo
Autor: Gerardo Quintana
Editorial: T&M Editores

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