17 octubre 2007

Casal Único

Hace casi un mes que se cumplía el obituario de un gran artista: Tino Casal. Hace 16 años que la muerte se cruzó en su camino de manera definitiva. Pero no es un aniversario de muerte la excusa para hablar de alguien tan especial, no es necesario que sea el 22 de septiembre para homenajearle porque sobran motivos para hablar de él y de su obra cualquier día del año.

Tino Casal fue el 'rey de la movida', postulando probablemente los ideales y la estética que más tarde adoptarían los protagonistas del movimiento, con Alaska a la cabeza; pero como ella misma confiesa en el criticado documental 'Gran Casal: Me como el mundo', "Cuando algo se ponía de moda, Tino ya llevaba mucho tiempo haciéndolo". Muchos lo han definido como un adelantado a su tiempo, un visionario; mi visión particular hacia él es la de un hombre que creía en el gusto por lo estético, por el glamour y por los detalles en todos los ámbitos, alguien que creía en el ESPECTÁCULO en el más amplio sentido de la palabra. Probablemente, este gusto por el espectáculo se viese más adelante convertido en moda, tendencia, etc. pero lo suyo no era una moda, era una actitud.

Si hay una frase que puede definir a la movida madrileña esa es "la provocación por la provocación". Tino escapaba a esa vanal forma de llamar la atención porque sí, era superior a ella. Su modo de vestir, de actuar, de pintar, de componer, de crear... no eran provocación, eran las partes de un todo que conformaban su visión particular del arte, era su manera de vivir, su forma de expresarse,su filosofía de vida; Tino no era un personaje, era una persona.

Para Tino, reinventarse era esencial, y no sólo artísticamente, sino personalmente. Tino cambiaba de look no para salir en la televisión, sino para vivir de una nueva manera. Un claro ejemplo es, entre sus muchas etapas artísticas, la época de 'Lágrimas de cocodrilo', un disco que meditó muchísimo y del que cuidó hasta el más mínimo detalle: la producción era excelente con un barroquismo especial en su sonido; la estética no podía ser más majestuosa con el seductor bastón y las elegantes túnicas con partes de leopardo; las actuaciones lo reflejaban todo con una puesta en escena increíble: candelabros, telarañas, columnas clásicas, indumentaria de los músicos, un micrófono característico, juegos de luces... Hasta el más mínimo detalle estaba cuidado para que nada se debiera a la casualidad y ofrecer no una actuación común, sino un espectáculo.

Tino era así, único.

Más información sobre Tino Casal en:

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Amén a eso. A todo. Tino no iba a la moda, Tino vivía su filosofía de la vida y la reflejaba en todo. Artista y persona, no seguía tendencias, sino que tenía suficiente carisma como para marcarlas. Elegante, exquisito, cuidadoso, detallista. No es solo un adjetivo: Casal es y será Único. Nadie como Él. Jenny.

Anónimo dijo...

Una puntualización semántica: Es una redundancia decir "obituario de la muerte". Ya el término obituario hace referencia al registro de la defunción. Sería o sólo "obituario" o "aniversario de la muerte".

Maite Pérez-Pueyo (Maitentación) dijo...

¡Hola, me llamo Maite! Estoy totalmente de acuerdo contigo en lo que has dicho. Yo también siento que lo suyo es una Actitud, la Expresión de su forma de ver la Vida, así, con letras mayúsculas. Me pasaré por aquí a menudo. ¡Hasta pronto!

Anónimo dijo...

¡¡¡Hola Sergio!!!.

Magnífica información sobre Tino, lo has definido a la perfección.
Yo soy de tu quinta, nací a mediados de los 80 y adoro a Casal, en todas sus facetas y cómo no como persona, creo que es súper auténtico.

Me ha parecido muy interesante tu blog, no he quitado ojo de la pantalla, ¡¡genial!!.

Bueno, un besazo desde Madrid.

Tina

(Por cierto, si no has entrado, cuándo puedas visita: http://misterioso-enigmatico.spaces.live.com).